Te darás cuenta que cuando lo empiece a hacer abrirá lo brazos, esto se debe a que está buscando el equilibrio para poder sostenerse, es importante que lo guíes y estés pendiente de él cuando esté dando sus primeros pasos, así evitarás algún tipo de caídas que le puedan ocasionar miedo de volverlo a intentar.
Otra parte importante de esta etapa es la independencia, tu hijo querrá comer solito y empezará por agarrar una cuchara, aunque puede que muchas veces se tire la comida encima, no te preocupes, es parte del proceso, déjalo que explore.
Por otro lado, su forma de jugar también cambiará, puede que le llamen la atención objetos más grandes que querrá tirar o empujar ya que le parecerá divertido hacerlo, además sentirá curiosidad por los sonidos que cada objeto emite al golpearlos o tocarlos.
La rutina del sueño se puede volver algo complicada en esta etapa ya que tu hijo puede empezar a protestar para irse a dormir, por eso es necesario que crees una rutina de sueño con él para que sepa que después de esta es momento de descansar. Puedes empezar por un baño, luego colocándole el pijama y finalmente leyéndole un cuento, así sabrá que ha llegado el momento.
Por otra parte, cuando tengas que despedirte de él ya sea porque vas a salir o porque ha llegado la hora de dormir, no alargues este momento, pues entre más breve seas, mucho más rápido cesará la agonía de tu pequeño. Tienes que ayudarle a generar independencia y esto requiere que no dependa de ti todo el tiempo.
Por último y no menos importante, es clave que le ayudes a desarrollar su lenguaje, háblale y estimula en él el nombre de las cosas con las que se relaciona diariamente, así lograrás que adquiera un vocabulario más amplio y le sea más fácil comunicarse.